- La sociedad y el sistema educativo han acostumbrado a nuestros estudiantes a la ley del mínimo esfuerzo y a que consigan todos los objetivos sin apenas trabajar y por lo tanto no valoren lo que tienen porque no les ha supuesto ningún esfuerzo conseguirlo.
- Es un reto para los centros porque si no obtienen buenos resultados, pueden quedar en evidencia ante su consejería, ministerio e incluso la propia sociedad.
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